Para ser camioneros, hay que trabajar duro

Los camioneros pasan días lejos de su familia y soportan largas jornadas sobre un vehículo, pero acuerdan sueldos que duplican al de otras actividades
Los camioneros pasan días lejos de su familia y soportan largas jornadas sobre un vehículo, pero acuerdan sueldos que duplican al de otras actividades
MI VIEJO Y YO
Galopean los recuerdos
En campos de la memoria
Rememorando la historia
De este oficio del camino
Una razón del destino
Fijada en todo mí ser
Casi perpetuo deber
Que me lleva por la vida
Sin horarios, sin medidas
En noche y amanecer
Todo comenzó de niño
Observándolo a mi padre
El puso todo el encuadre
A esta historia muy real
Con eso nos trajo el pan
Que jamás falto en la mesa
Nos impuso una promesa
De vivir con dignidad
Empuñando la verdad
Como única grandeza.
De lejos lo oía venir
Por la avenida de tierra
E hiciera lo que yo hiciera
En ese justo momento
No me ponía más contento
Que correr a recibirlo
Un instante de alegría
Ver cuándo se sonreía
Y me sentaba al volante .
Así continuó la historia
Llegada mi adolescencia
El con toda su paciencia
Me inculcaba otra carrera
La música y otras yerbas
Que yo no quería ni ver
No llegaba a comprender
La senda que él me marcaba
Lo intentaba…lo intentaba
Pero no pude entender.
Pero la vida es así
Y mi viejo… era mi viejo
Siempre fue un hombre parejo
En su forma de pensar
Quiso verme trabajar
Pero no sobre un camión
Más mi joven corazón
Dijo todo lo contrario
Y puso lo necesario
Sin notar la situación.
Me llevó de lechuzón
A descubrir el rigor
De esta sufrida labor
Haciéndome conocer
Todo habido y por haber
En esto que hoy transito
Provincias y mil pueblitos
Recorrimos en un tiempo
Juntos y siempre contentos
Por el tiempo compartido
Como padre e hijo fuimos
También como compañeros
Aportamos el esmero
Con voluntad de gigantes
Le dimos para adelante
Compartiendo de este oficio
El al final yo al inicio
Sin dudar un solo instante
En un rutinar constante
Todo de nosotros dimos.
Fue por el noventa y cinco
Que se quedó en el camino
Pero sé cuánto lo estimo
Al revisar mi conciencia
Se bien en esta experiencia
De cuánto supo aportar
Y me quiero jubilar
Porque también me enseñó
Que no hay que decir que no
Cuando ha llegado el final.
Y el final creo a llegado
Tras treinta y seis largos años
Hoy pienso ponerle un paño
A este andar por los caminos
Bien, creo que es el destino
Quien me dice que lo haga
El empuñar la guitarra
Escribir tantas historias
Es la luz de mi memoria
Y es la semilla plantada.
Diré que esta es una historia
De amigos y de camiones
Que pinte mil corazones
Por las rutas que crucé
Que jamás imaginé
Cosechar tanta amistad
Que fui feliz de verdad
Recorriendo los caminos
Que yo y mi viejo sentimos
la total es la felicidad.